martes, 14 de julio de 2020

CONFESIONES DE PANDEMIA

Hola.
Hace muchos meses que no escribo aquí; saben que tengo diarios y preferí tal vez el papel en algún intento de explicar acontecimientos de honestidad vergonzosa.
Pero, quiero confesar muchos sentimientos y pensamientos que durante este año corrieron por mi mente una y otra y otra vez.
No sabía que hacer.
Cuando supe que estábamos en un estado de emergencia y en cuarentena me quedé helada porque automáticamente pensé que no iba a viajar a la tierra por mucho tiempo y ese tiempo ahora de triplicó.
No puedo quedarme en un solo lugar, tal vez solo esos día en los que me agarra la depre y lo único que quiero es caminar y escribir, me pesa la guitarra y leer no me distrae.
Hubieron días en lo que salir y sortear a la polícia parecía muy riesgoso, otros días eran netamente necesarios porque había estado investigando a fundaciones falsas y justo estas fundaciones no daban rastro en la etapa más difícil de estos últimos tiempos. No, yo no iba a quedarme en mi casa, yo iba a hacer lo que me encanta, a jugármelas, a cuidarme pero a ver con mis propios ojos lo que sucedía.
No había trabajo, amigos se quedaron sin empleos y todo estaba cerrado, menos los prostíbulos de Quilca.
Me tildaron de loca para variar y es algo a lo que estoy acostumbrada; nunca creí en el Estado ni el el Gobierno ni la justicia por que había gente muriendo y parecía una carnicería.
Era lógico que nos querían muertos o al menos era lógico que no daban el 100%.
Odié a los hospitales y odié a Vizcarra. Odié a los congresistas y ministros. Odié el periodismo amarillista y a los comerciales que salen vendiendo seguros de vida.
Tal vez lo que me llevó a ser constante en mi trabajo fue la fuerza que sentía al no poder hacer nada más que avisarles y contarles lo que veía por las redes sociales.
La redes sociales, otra cosa que me da pereza pero son necesarias.
Pensaba, carajo por qué los hoteles no se habilitan como hospitales?, por qué la clínicas no albergan a la clase humilde ? por qué el presidente es tan lento? por qué no se ponen en el lugar de las personas que no tienen nada y que ahora tenían más allá de absolutamente nada?.
Hasta que se creó "La casa de Todo"s obviamente pre casting, los que tenían problemas psiquiátricos no ingresaban. Que asco.
Mil fundaciones nacieron para lucrar tomándose selfies con infectados, pidiendo dinero para los más necesitados y pues todo una farsa que sé pero que no puedo probar.
Aún así entraba el invierno y pensaba en que esto se llevaría este año, el año en que nos tocó ser fuertes y perdimos amores y no sabemos si fué por un virus o eutanasia.
Tenemos a periodista que e pelean en la tele, una conductora que ama el chisme y un Gobierno débil.
Pensé que de esta saldría má fuerte y me siento má fuerte para ir a trabajar a la sierra. Amo este país, pero no amo a su gente racista, clasista y huachafa.
La huachafada del apellido... ni el apellido te salva de este virus.
Sólo puedo decir que ya me cansé de la lucha de egos, má que antes porque ya venía cansada, no quiero ver más televisión ni peleas de periodistas vedetescas.
Quiero tranquilidad y dedicarme a trabajar porque nadie e eterno. Todos moriremos.
Besos.
Fato.




2 comentarios:

  1. En este, nuestro mundo hay bueno y malo, y los que estamos en medio. Lo bueno son quienes como tú buscan hacer de este un mundo mejor, ya sabemos quienes son los malos. Sigue asi Fato con fe y trabajo la cosas cambiaran para mejor, bye.

    ResponderEliminar
  2. Amar y vivir rodea de naturaleza, alejado del bullicio de la ciudad. Sueños de un sobreviviente del sistema.

    ResponderEliminar