viernes, 27 de enero de 2023

2023 - EL AÑO EN EL QUE SE SUPONE "TODO VA A ESTAR MEJOR"

 No hay nada que me castigue más que mi propia mente.

No existe nada que me provoque más asco que la hipocresía.

La detecto, la huelo.

So casi 4 años en las que estoy dentro de una relación que amo; una relación con una persona diferentes de la que todos piensan " es muy mayor para tí "; me provoca responder: " ¿acaso es tu pareja? ".

Nunca me interesó nada en una relación y he fracasado, me han engañado, he sido infiel. Si; pero aprendí mucho de esos días en donde te dejas llevar por la adrenalina sabiendo muy adentro que la estás cagando.

Cuando pensaba en matarme, no pensaba en el típico llanto de una persona que desea llamar la atención. Pensaba en hacerlo para " descansar", pero luego me preguntaba: "¿ y si el infierno no me permite descansar?". El infierno me parecía más tentador que las emociones que vivía y vivo a diario.

Ya no pienso en el infiero; solo me pregunto mucha veces, ¿por qué a las personas buenas les suceden cosas malas?.

Miki se llama y es un hombre sabio y errante. Yo soy más errante que sabia. Pero nos conectamos.

Todo va a estar mejor dicen, pero yo veo un país dividido hasta la médula, agresividad por todos lados, violencia y corrupción.

Una vez me dijeron: "no hables de esto". Pichula, yo hablo y escribo lo que me da la gana porque pienso en que hay ciertas reglas que han sido creadas para romperse.

Hace unos años ya que me acusaron de ladrona en Ripley, recuerdo que en ese momento perdí a gente que pensaban que eran amigos pero solo era puro chismoso. Fui tratada como una mierda y tenía dos caminos, demostrar mi inocencia sin plata para un abogado, callarme la boca o ir a hacer mi campaña en un partido con el que no me identificaba; pero si me iban a odiar, pues que me odien con ganas.

Cerré mis redes y después de una semana viéndome en las portadas de los diarios; viajé a Ica con mi polo del número 2, el logo del partido a dar entrevistas y a enfrentarme a todos aquellos que querían que renuncie a mi número y jamás lo hice. No lo hice porque me endurecí, me hice más fuerte, confié en mí, me hice cargo de mis elecciones y fui a hacerme cargo de las personas que me aman allí, en Ica.

Ahora sé que todo pasa por algo, no em imagino estar formando parte de un congreso así. La política es aniquiladora, es apasionante a la vez, pero si no estas preparado para pertenecer a la corrupción, te va a tragar vivo y no le va a importar la moral. 

Estuve en muchas comisarías, pleitos por discriminación, denuncias por abusos sexuales, denuncias por intento de rapto hacia mi persona; me denuncié a mi misma por robar las caramanducas de Metro (recuerdo que fue una tarde en donde había tomado muchas pastillas y no sé que me pasó).


Hoy me encuentro mucho mejor, cumpliré 38 años y me dejé de webadas hace unos seis años.

Hoy estoy mejor; pero esto no significa que no alzaré mi voz ante las injusticias; las comisarías no me dan miedo. La cárcel, no me da miedo. 

Gracias por leer