viernes, 6 de febrero de 2015

"CUANDO COMPRENDÍ QUE LA MUERTE ESTÁ SIEMPRE CERCA"

Cuando era adolescente y veía las noticias, mucha gente morir; yo soñaba y quería creer que eso nunca me pasaría, jamás tendría que brindar el adiós definitivo o recibir el pésame, ese abrazo que en realidad lo recibes pero no reconforta en lo más mínimo. Solo quieres volver el tiempo atrás.
En la universidad yo estaba casi siempre nerviosa, pensaba en lo que sucedería si mi familia muriese o de qué manera podría alejar esos pensamientos negativos de mi cabeza.
Pasé cada día entre los 19 y 23 años pensando en la bendita muerte.
En la universidad éramos un grupito, debo admitirlo, el típico grupito que molestaba a los cachimbos, teníamos polos de Iron Maiden, de Pantera, Metallica, etc; un grupo muy hermoso para nosotras; si, todas éramos chicas.
En los primeros días de clases conocía a Pamela, fanáticas del grunge y rock alternativo, una de las chicas más cool que había en mi salón. Pamela era simplemente diferente y especial; ella se llevaba bien con todos y reía mucho; nunca la vi enamorada de alguien pero si la vi reír con nuestro grupo. Usaba pantalones grandes y polos en tonos pasteles, lentecitos y mochilas gigantes, amaba las artes marciales y le gustaba mucho Área 7.
Más de una vez la recuerdo pogueando en los conciertos, su rostro, es inolvidable.
Terminamos la universidad y comenzamos las prácticas; ella se fue para la especialización de publicidad. En los últimos ciclos no la vi mucho; pero dentro de los momentos que la vi, la sentí rara, como enferma o nerviosa y todos en el salón nos preocupamos mucho.
Después de algunas semanas veo en su estado del Messenger esta frase; "Gracias por los bombones"; pensé que tenía ya novio; jamás me hubiese imaginado que estaría internada en el Revagliati, décimo piso. Ella agradecía en su estado del messenger a su madre por haberle llevado los chocolates al hospital y engreirla en su internamiento.
Pero nosotras no sabíamos nada de esto.
Una tarde recibimos una llamada en la que su madre nos dijo que Pamela había convulsionado y estaba en el hospital. Ella vivía con su abuelita, su hermana y su madre.
Pamela estaba muy delicada cuando la fuimos a ver al Revagliati; el pasillo del hospital estaba lleno de amigos y hacía frío, mucho frío.

Continuaré esta historia amigos, la próxima semana; por que no puedo escribir sin dejar que caigan las lágrimas.

Besos a todos


9 comentarios:

  1. Yo aveces todavía tengo miedo a la muerte pero a veces pienso y se que tarde o temprano llegará sólo que uno no está preparado para soportar tal dolor y es muy difícil hacerse a la idea de que esa persona ya no estará más
    y yo creo que ahora esas personas son estrellas en el cielo que iluminan nuestro camino fuerza fatima se que es complicado redactar algo así
    te mando un gran saludo

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    1. Creo que nunca es tarde para prender a valorar cada minuto como si fuese el último, besos!

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  4. Hasta acá se siente lo que escribes. Empiezo a leerte. Ojalá puedas leerme también. Saludos.

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