jueves, 31 de diciembre de 2020

NO TODO ES COLOR DE ROSA.

 Hola chicos.Hace tiempo no pasaba por aquí. Tengo un diario al lado de mi cama en el cual escribo mucho pero esta plataforma casi olvidada me ayuda a compartir lo que siento y lo que pasa con otras personas que tal vez puedan identificarse conmigo.

A veces veo en redes sociales cuan careta puede ser la gente para quedar bien y ser lo líderes. Yo no necesito líderes,me siento bien al lado de los que quedan en segundo lugar o tercero o cuarto ...no les pasa?.

No siento que ganar algo me vaya a hacer feliz. Lo único que me hace feliz a veces es que voy a dormir.

Es que saben que sufro de depresión hace muuuuuuuchos años, que aprendí a fingir sonrisas, aprendí a levantar y trabajar en pijama y sola sigo y sigo y avanzando hasta que me gana la falta de energía y caigo.

No me gustan las frases motivadoras, prefiero aquellas frases realistas. 

No me gusta que me digan lo que deseo escuchar porque a mi edad ya te das cuentas de quien te miente y quien te va atraicionar. Conforme vas creciendo, la traición tiene cara de bondad y conchudez. Conforme pasan los años, la traición y la mentira se agradan en intensiones, pero no les tengo miedo.

Estos años, han formado en mi, en mi cuerpo un caparazón fuerte que me protege de la agresividad de las personas; no soporto a las personas,prefiero a los niños. Ellos no son hipócritas.

Sociedad?, no voy a eventos ni a reuniones .... prefiero pasar leyendo.

Prefiero pasarla comiendo, escribiendo o simplemente durmiendo.

Me considero una persona fuerte y en mi CV debería decir: Profesión : Ser Fuerte a Pesar de toda la mierda.




martes, 14 de julio de 2020

CONFESIONES DE PANDEMIA

Hola.
Hace muchos meses que no escribo aquí; saben que tengo diarios y preferí tal vez el papel en algún intento de explicar acontecimientos de honestidad vergonzosa.
Pero, quiero confesar muchos sentimientos y pensamientos que durante este año corrieron por mi mente una y otra y otra vez.
No sabía que hacer.
Cuando supe que estábamos en un estado de emergencia y en cuarentena me quedé helada porque automáticamente pensé que no iba a viajar a la tierra por mucho tiempo y ese tiempo ahora de triplicó.
No puedo quedarme en un solo lugar, tal vez solo esos día en los que me agarra la depre y lo único que quiero es caminar y escribir, me pesa la guitarra y leer no me distrae.
Hubieron días en lo que salir y sortear a la polícia parecía muy riesgoso, otros días eran netamente necesarios porque había estado investigando a fundaciones falsas y justo estas fundaciones no daban rastro en la etapa más difícil de estos últimos tiempos. No, yo no iba a quedarme en mi casa, yo iba a hacer lo que me encanta, a jugármelas, a cuidarme pero a ver con mis propios ojos lo que sucedía.
No había trabajo, amigos se quedaron sin empleos y todo estaba cerrado, menos los prostíbulos de Quilca.
Me tildaron de loca para variar y es algo a lo que estoy acostumbrada; nunca creí en el Estado ni el el Gobierno ni la justicia por que había gente muriendo y parecía una carnicería.
Era lógico que nos querían muertos o al menos era lógico que no daban el 100%.
Odié a los hospitales y odié a Vizcarra. Odié a los congresistas y ministros. Odié el periodismo amarillista y a los comerciales que salen vendiendo seguros de vida.
Tal vez lo que me llevó a ser constante en mi trabajo fue la fuerza que sentía al no poder hacer nada más que avisarles y contarles lo que veía por las redes sociales.
La redes sociales, otra cosa que me da pereza pero son necesarias.
Pensaba, carajo por qué los hoteles no se habilitan como hospitales?, por qué la clínicas no albergan a la clase humilde ? por qué el presidente es tan lento? por qué no se ponen en el lugar de las personas que no tienen nada y que ahora tenían más allá de absolutamente nada?.
Hasta que se creó "La casa de Todo"s obviamente pre casting, los que tenían problemas psiquiátricos no ingresaban. Que asco.
Mil fundaciones nacieron para lucrar tomándose selfies con infectados, pidiendo dinero para los más necesitados y pues todo una farsa que sé pero que no puedo probar.
Aún así entraba el invierno y pensaba en que esto se llevaría este año, el año en que nos tocó ser fuertes y perdimos amores y no sabemos si fué por un virus o eutanasia.
Tenemos a periodista que e pelean en la tele, una conductora que ama el chisme y un Gobierno débil.
Pensé que de esta saldría má fuerte y me siento má fuerte para ir a trabajar a la sierra. Amo este país, pero no amo a su gente racista, clasista y huachafa.
La huachafada del apellido... ni el apellido te salva de este virus.
Sólo puedo decir que ya me cansé de la lucha de egos, má que antes porque ya venía cansada, no quiero ver más televisión ni peleas de periodistas vedetescas.
Quiero tranquilidad y dedicarme a trabajar porque nadie e eterno. Todos moriremos.
Besos.
Fato.




sábado, 1 de febrero de 2020

PONERLE TÍTULO A LA VIDA

La vida va cambiando en cada segundo y muchas veces no nos damos cuenta. Si tuviésemos la percepción afilada podríamos saber y reconocer si cada paso que damos va a ser un paso acertado. Nunca había pensado en tan gran discordancia del destino porque si vamos a la segura nunca aprenderemos de fallas.

Estamos tan desalentados a fallar que cuando pasa nos deprimimos y sentimos esa confusión como cuando nos levantamos muy rápido de una pesadilla en una siesta de la tarde, o como cuando se nos pasa la hora y recién podemos terminar de almorzar o como cuando esperamos tanto que sea la hora de cenar que toda esa emoción por comer algo rico se acabó al dejar el tenedor y volvemos a la rutina.
He temido a rutina tanto que también la he deseado muchas veces. Así somos los seres humanos, si tenemos algo queremos otra cosa y si lo conseguimos ya no nos gusta pues perdemos el deseo y el interés. A la reacción que viene con esa estabilidad se le llama, en muchos casos, madurez.
No puedo estar más en desacuerdo con esto.
Soy una mujer de 34 años que claramente no sigue las normas. Me refiero a aquellas normas del reloj biológico, de formar una familia, de sacar el auto a plazos y de avergonzarme de usar transporte público. Creo que si las siguiera me volvería aún más ansiosa y créanme que a veces los ataque de ansiedad me comen.


Escribo con una sonrisa, un té verde y en pijamas en este momento, pijamas no limpias pero al fin y al cabo ustedes no las huelen.
Escribo aquí, así todo esto e los blogs esté pasado de moda porque soy una persona que no sigue la moda. Me conozco y puedo tener una semana llena de fortaleza y luego a la siguiente semana me pregunto ¿porqué estoy tan sensible?. No es por ser mujer, es porque me esforcé mucho en ocultar emociones que como un globo que se va llenando de agua ... hasta que explota.
¿Qué sucede cuando vivimos pensando en la gloria de la fama?, esta pregunta me la hice hace algunos años y la respuesta es; si vivimos para los demás, para lo que piensen de nosotros, cuando ellos no estén pues nos vamos a quedar sin nada. 
Creo que la madurez llega y se construye cuando nuestros actos están casados con la conciencia y caminamos de la mano con la empatía.

No soy un modelo a seguir, no por favor porque estoy llena de errores.
Pero si me dejan darles un consejo, la vida no es como una serie que pones pausa y luego play y así. La vida no tienen pausas pero nosotros como humanos podemos hacer que nuestras propias pausas valgan la pena. 
Está bien, queremos conquistar el mundo, ser reconocidos, famosos, líderes, gerentes, yo que sé; pero no pierdan esa alegría de sentir que no han tenido que pasar por encima de nadie para lograrlo.

Un abrazo

Fátima .